Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

sábado, 20 de noviembre de 2010

Pequeños desapercibidos

Es increíble la cantidad de bichos que hay por todas partes y habitualmente ni nos enteramos. Simplemente con bajar la mirada al suelo y mirar con detenimiento se pueden observar algunos de ellos. Otros no tan pequeños, como el ciervo volante (considerado el insecto forestal más espectacular), pueden llegar a ser del tamaño de pequeños mamíferos y provocar más daños que estos si tienen que defenderse.
Mostraremos en esta entrada algunos de estos espectaculares enanos que nos hemos encontrado mientras pateábamos monte.


Ciervo volante (Lucanus cervus)


Ciervo volante (Lucanus cervus)

La mayoría de los insectos son relativamente fáciles de localizar si prestamos un poco de atención a sus ambientes adecuados. Observar debajo de las piedras, levantar troncos podridos o intentar apreciarlos entre vegetación  son algunos de los procesos para poder dar con ellos.
El siguiente protagonista apareció cuando mirábamos debajo de unas rocas, Siempre que se levantan del suelo materiales para localizar artrópodos, debemos dejarlos en su posición inicial para perturbar en lo menor posible su hábitat.

milpiés negro (Spirobolus marginatus)



milpiés negro (Spirobolus marginatus)
A finales de octubre, con la llegada del frío a la montaña, algunos de estos pequeños ven mermadas sus capacidades físicas. Este es el caso de la chicharra, durante estas fechas se disponen cientos de ellas en mitad de los prados de la montaña cantábrica sirviendo de comida fácil para sus depredadores.


Chicharra (Steropleurus stalii)


Chicharra (Steropleurus stalii)


El grillotopo emite una especie de pitido que hace resonar con las piedras que se encuentran justo encima de la galería del insecto, de esta manera consigue emitir un sonido de elevada sonoridad que llega a ser molesto para nuestro sistema auditivo si nos encontramos en un ambiente cercano.

Grillotopo o alacrán cebollero (Gryllotalpa gryllotalpa)

Grillotopo o alacrán cebollero (Gryllotalpa gryllotalpa) introduciéndose en su guarida

Con la llegada de las bajas temperaturas, los protagonistas de la entrada se retirarán a sus cuarteles de invernada hasta que la temperatura del ambiente vuelva a ser de unos 18-20ºC. 
Nosotros también nos despedimos hasta la siguiente entrada.
Saludos y gracias por visitarnos.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El guardián de las cárcavas

Hacia la década de los setenta, Félix Rodriguez de la Fuente sacaba a la luz los increíbles relatos de la saga  "El hombre y la tierra". En estos capítulos supo transmitir, llegar y sensibilizar a todos los grupos de edades, cambiando en muchas personas la forma de percibir tanto la naturaleza como la fauna.
En una de sus maravillosas entregas, Félix hace referencia a la gran importancia que tiene la protección y conservación de las cárcavas y barrancos. Estos socavones del terreno, son producidos en las superficies de terreno con grandes pendientes y ausencia de vegetación que impide agarre del suelo. El agua que fluye por ese suelo desnudo, irá erosionándolo poco a poco hasta producir un surco, que con el tiempo crecerá hasta convertirse una gran zanja. Cuando en las cárcavas comienzan a crecer árboles y arbustos, implica que el proceso erosivo se detiene. Es entonces cuando multitud de animales colonizan nuevos nichos, como es el caso de nuestro protagonista.
Todos estamos más acostumbrados a observar mochuelos en las típicas casas abandonadas de adobe , ruinas o graneros viejos con techos de teja, pero en ocasiones, aprovecha las oquedades y agujeros de las partes más altas e inaccesibles de los barrancos como nido, lugar de reposo o simplemente como observatorio para la caza.


Mochuelo común (Athene noctua)



Mochuelo común (Athene noctua)


 Mochuelo común (Athene noctua)

Mochuelo común (Athene noctua)

Mochuelo común (Athene noctua)


Fueron varios los días que pasamos observando a la pequeña rapaz. Junto al protagonista de nuestra entrada, se encontraba su pequeño. Este permanecía todo el día en alguno de los numerosos orificio, mientras que la madre aparecía con los últimos rayos de luz para preparar la jornada de caza que suele estar complementada por pequeños mamíferos como musarañas y ratoncillos de campo principalmente.


 Joven de Mochuelo común (Athene noctua)


Mochuelo común (Athene noctua)

Rostro del Mochuelo común (Athene noctua)


La mayoría de las veces que observamos a las rapaces nocturnas es en vuelo, siendo bastante más complejo poder observarlas en el nido. Para localizarlas en el nido, se suelen utilizar diferentes métodos. Uno de los más usuales es la caracterización de las egagrópilas(bolas formadas por restos de pelos y huesos no digeridos que algunas aves regurgitan) que las podemos encontrar en los lugares donde se alimentan, sirviéndonos también para la identificación de especies.
Esperemos que os haya despertado curiosidad.
Muchas gracias por visitarnos y hasta la próxima.