Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

lunes, 21 de marzo de 2011

Monfragüe, paraíso natural

Normalmente, cuando la gente habla de la cantidad de especies faunísticas que se pueden observar en su tierra, parece que hablan de más, ya que cuando te acercas al lugar no llegas a ver ni la mitad. Puede ser que exageren o, lo que es más frecuente, que no se tenga la fortuna de poder disfrutar de la mayoría de las especies que colonizan una región. Pero cuando nos hablaron del parque natural de Monfragüe toda exageración era poca.
A orillas del Tajo y el Tiétar podermos encontrar una enorme riqueza de avifauna compuesta por muchas de las aves amenazadas de la península. Ambos ríos han ido formando con el tiempo unos cortados cuarcíticos donde anidan cantidad de especies como el búho real.
Esta magnífica rapaz nocturna se mantiene en el nido o sus cercanías soleándose y al llegar el atardecer, en la época de cría, el macho comienza a ulular desde un alto rocoso. Una vez entrada la noche empieza la intensa jornada de caza, ya que alimenta también a la hembra y dentro de unos pocos días tendrá que hacer lo propio con la prole.


Búho real (Bubo bubo)



Búho real (Bubo bubo)


Durante estos días, al amanecer y si se tiene un poco de fortuna, se puede observar como el macho de esta hermosa rapaz transporta la correspondiente presa a través de sus poderosas garras hasta el nido (durante nuestra estancia, el macho alimentó a la hembra con conejos y alguna polla de agua). Una vez que ha cumplido, se retira a su atalaya desde la que observa el tránsito de buitres que comparten lugar de nidificación.
Por estas fechas los buitres que no están pendientes de sacar adelante a su pollo, se dedican a transportar ramas para la reparación y remodelación de sus nidos. Es justo por estas fechas cuando ya se comienzan a observar las primeras crías cubiertas del característico plumón blanco que aparece en las rapaces nada más salir del huevo. Durante escasos momentos y si se está un poco atento, se puede observar como la madre alimenta al pequeño regurjitando la carroña previamente ingerida.


Buitre leonado (Gyps fulvus) y buitre negro (Aegypius monachus)


Aunque el distinguido buitre negro, utiliza las copas de los grandes árboles de las dehesas mediterráneas para colocar sus enormes nidos, puede verse puntualmente compartiendo los roquedos con el buitre leonado y junto al otro carroñero que habita la zona, el alimoche. Este último, procedente de tierras africanas, acaba de incorporarse a la península Ibérica para pasar el verano.



Alimoche (Neophron percnopterus)

Las últimas grullas de la zona surcan en grandes bandadas los cielos del parque natural para abandonar el país hasta el siguiente invierno.


Bando de grulla común (Grus grus)

Un inquieto paseriforme, sale de vez en cuando del interior de los bloques de cuarcita y de las herbáceas anuales para posar durante un par de segundos, auque siempre manteniéndose distante. Se trata del roquero solitario, un ave que consigue ser el objetivo de numerosos curiosos debido a su gran colorido y encanto.


Roquero solitario (Monticola solitarius)


En Monfragüe todo eran nidos y crías, y el cormorán grande no iba a ser menos. Posado y cercano a la orilla del río, poco tiempo le faltaba para realizar su viaje de vuelta hacia las costas de la península. En la imagen, se le puede observar con el característico plumaje nupcial en uno de sus posaderos habituales, como muestra la coloración blanca procedente de las deyecciones, que tiñen casi por completo la cara horizontal de las rocas. 


Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) con plumaje nupcial

Uno de los principales iconos faunísticos, no solo del parque, sino de toda Extremadura es la cigüeña negra. Los que vivimos en la parte norte de la península no estamos para nada acostumbrados a observarlas, por eso en cuanto tenemos la ocasión de contemplarlas, intentamos disfrutar de ellas lo máximo posible.


Pareja de cigüeña negra (Ciconia nigra) en su nido


Cigüeña negra (Ciconia nigra)



Cigüeña negra (Ciconia nigra) emitinedo su reclamo

Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Cigüeña negra (Ciconia nigra)


Pareja de cigüeña negra (Ciconia nigra) en vuelo

Dejamos como imágen testimonial una última fotografía del lejano y siempre esquivo vuelo del águila azor perdicera. Quizás sea, sino la más, una de las rapaces con mayor dificultad de observar en Monfragüe. Era bastante frecuente preguntar a la gente que te encontrabas en los miradores que tal les iba el día y que habían conseguido ver. Casi todos, por no decir todos, nos comentaban que la perdicera se les resistía. Nosotros tuvimos bastante suerte de poder presenciarla en vuelo, aunque fuese a bastante distancia.


Águila azor perdicera (Hieraaetus fasciatus)

Por último, queremos animar a la gente que le gusta, disfruta o que se mueve por este mundillo, a visitar este paraiso natural. Ya que cualquier amante de la ornitología, tiene en Monfragüe, una parada de obligado cumplimiento.
Muchas gracias por pasaros de vez en cuando por este cobijo.
Un saludo y hasta la siguiente entrada.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Los misterios de la noche: el cárabo común

La oportunidad de observar rapaces nocturnas es por lo general más infrecuente o más difícil que el avistamiento de rapaces diurnas. Por eso, cuando tenemos algún encuentro con alguna de las especies que sobrevuelan entre las tinieblas, cobra especial importancia e ilusión para nosotros.
Si el avistamiento de este grupo de aves es complicado, el poder fotografiarlas lleva a cabo mayor complejidad si cabe. La ausencia de luz no permite enfocar con la cámara al animal, a parte de las grandes distancias a las que se suelen encontrar.
Han sido varias las ocasiones que hemos podido observar al cárabo común, la mayoría de los avistamientos fueron casuales y desde el coche al circular en plena noche por alguna carretera de la montaña cantábrica.
Esta especie siempre ha estado rodeada de leyendas y misterios, su característico canto se asocia mitologicamente a la mala suerte y a la muerte. Contrariamente a lo que cuentan las leyendas, el cárabo al igual que todas las rapaces nocturnas, son unos magnificos aliados de todo agricultor o campesino ya que mantienen la población de roedores estable, siendo los mejores raticidas que existen.
La siguiente imagen muestra el último y quizá el más cercano de los encuentros que hemos tenido con la rapaz. Ocurrió sobre las 6:30 de la mañana cuando nos dirigíamos hacia un gran hayedo cercano al  puerto de Piedrasluengas. Mientras subíamos por la carretera pudimos apreciar entre la nieve que caía y la tranquilidad de la noche, la silueta del cárabo común posado en  un haya. Con toda la prisa del mundo paramos el coche, bajamos la ventanilla y nos quedamos embobados observándolo. Después de unos 20 segundos sacamos la cámara, solo nos dió tiempo a tirar 4 fotos, que gracias a la ayuda de una gran linterna que nos prestó nuestro hermano pequeño de 8 años, nos permitió iluminar al ave y obtener una buena imagen, ya que las otras 3 salieron movidas o muy oscuras. Sin una linterna o un foco hubiese sido imposible ya que enfocar al pájaro sin un aporte mínimo de luz es tarea muy complicada.


Cárabo común (Strix aluco)

Es practicamente imposible confundir al cárabo con cualquier otra ave nocturna ibérica, sus ojos negros, su tamaño medio y su coloración gris o marrón dependiendo de las dos varientes cromáticas que existen, lo hacen inconfundible.
Esta rapaz es típica de bosques o masas forestales, pero últimamente suelen darse algunas citas en los alrededores de los pueblos. Incluso como pudo apreciar mi hermano Dani con una observación directa de una pareja que utiliza frecuentemente como atalaya de caza el tejado de una casa de pueblo cántabro. Hay veces que las observaciones ocurren de manera indirecta, es decir, reconociendo las egagrópilas.
En el caso del cárabo, expulsa restos no digeridos de pelo meclado con huesecillos que sobresalen. Son de forma alargada y el tamaño suele ser de unos 5cm de largo.


Egagrópila de cárabo común (Strix aluco)

Suele reconocerse por el par de huesos que sobresalen casi por completo en uno de los extremos, dándole una forma más alargada. En su interior, lo más habitual es encontrar restos óseos de pequeños roedores como son los ratoncillos de campo o las musarañas, ya que son la máxima fuente de alimentación de este tipo de rapaces. En la imágen siguiente se muestran algunos de los más destacados.(pinchar para ampliar).


Restos de presas del cárabo común (Strix aluco)

Es una maravilla poder observar la habilidad que presentan las rapaces nocturnas para volar de forma tan silenciosa (debido a sus aterciopeladas plumas), precisa y  tranquila, incluso en las noches más cerradas y entre los hayedos más frondosos.
Para finalizar, quería resaltar los diversos inconvenientes que producen el uso inadecuado de reclamos (aparato que imita el sonido de un animal). Es frecuente que algunos naturalistas empleen emuladores de sonido para la observación o fotografía de algunas especies complicadas de avistar. Personalmente, no estoy de acuerdo en su utilización para fines de ocio, como pueda ser la caza o el avistamiento de aves, ya que en la mayoría de las ocasiones se producirán perjuicios al animal. En el caso de especies territoriales, como el cárabo, su empleo produciría un desplazamiento de la especie. En aves migradoras puede provocar asentamientos de ejemplares en lugares inadecuados. Los reclamos que simulan el canto de un macho, origina el desplazamiento de otros machos. Sin embargo, si su finalidad es científica, como ocurre en el anillamiento científico o a la hora de realizar censos de individuos concretos, su uso está perfectamante justificado.
Gracias por la visita,
un saludo