Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

viernes, 26 de agosto de 2011

Nuevas generaciones

Durante el verano se desarrollan las futuras generaciones de muchas especies. Las puestas en primavera de rapaces como el águila calzada se cuidan y se incuban hasta que nacen los polluelos. Mientras la hembra no abandona el nido bajo ningún concepto, el macho se encargá de traer la comida de ambos y de los pequeños cuando salgan. A veces se da el caso en el que los adultos se intercambian posiciones para que ella pueda comer tranquila.

Águila calzada (Hieraaetus pennatus) con gazapo de presa


Águila calzada (Hieraaetus pennatus) con presa


Pocas fueron las veces que vimos llegar a la rapaz con la comida. Y es que, cuando escasea el alimento, de los dos pollos que en un principio nacen, solo uno de ellos consigue sobrevivir al proceso de maduración. Como ocurrió en el nido de calzada que hemos estado siguiendo en los meses veraniegos, ya durante dos años. En este último, en una ocasión pudimos observar las dos crías completamente blancas. Ya que se veía con más frecuencia a una de ellas (la más espabilada y por ello la que conseguirá salir adelante).


Águila calzada (Hieraaetus pennatus) con una cría

 
Mientras una de las crías mudaba su plumaje y desarrollaba unas potentes alas, la otra dejó de verse por completo.


Cría de águila calzada (Hieraaetus pennatus) con las primeras mudas

El padre de este pollo es de coloración clara (como se ve en las primeras fotos) y la madre, como se ve en el nido, es de tonalidad oscura. Poca muda le quedaba al ya juvenil la última vez que le vimos, pero parece que ha sacado la genética de la madre.


Juvenil de águila calzada (Hieraaetus pennatus) en su nido emplumado


El seguimiento del nido lo hicimos a una distancia considerable, garantizando así su posterior regreso al nido a la vuelta de la próxima migración. Al intentar fotografiar algún suceso en el nido, nos fuimos dando cuenta de lo bien ubicado que estaba. Para empezar, solo se puede observar desde un sitio ( desde otras posiciones tapan el tronco, otros árboles o no hay altura suficiente). Además, pocas veces entra luz en el nido y cuando lo hace es tan dura que poco se consigue hacer. Y para finalizar, hay un contraste de cielo blanco dificilmente evitable.

Más que como aporte fotográfico, en esta entrada queríamos resaltar algunas fechas clave:
14 de mayo - primer avistamiento de la calzada hechada ya en el nido incubando los huevos.
10 de junio - Se diferencia por primera vez la cabeza de una cría tímida que consigue asomarse al nido.
26 de junio - primer y última observación de dos crías en el nido.
10 de julio - Queda claro que solo queda un polluelo que ya tiene alas bien formadas y un plumaje intermedio que recuerda ligeramente al del águila pescadora.
28 de julio - Ya puede confindirse con sus progenitores, por lo que puede afirmarse una nueva generación de águila calzada en los pinares vallisoletanos.
Gracias por la visita, esperamos que vuelvan a utilizar este mismo nido un año más, y que tanto la historia como los datos albergen curiosidad. Un saludo.

jueves, 11 de agosto de 2011

Pajarillos de pinar

Nada más entrar en uno de los tantos pinares que hay en la campiña del Pisuerga, lo primero que llama nuestra atención son los melodiosos silbidos que nos envuelven. Todos sabemos que estos sonidos proceden en su mayoría de unos pequeños pájaros especializados en armonizar el entorno, también llamados paseriformes. Pero, ¿Dónde están?. A menudo cantan cuando están alegres y fuera de peligro escondidos en las copas de los pinos. Por ello, la mejor técnica para poder disfrutar no solo de su música, sino también de sus colores, su plumaje y su comportamiento, es la paciencia.
Tras situarnos y localizar los lugares de los que nuestros oídos dicen que proceden los cantos, al poco, uno comienza a ver algún vuelo corto para cambiar de posadero y con un poco de suerte (si te mantienes pasando desapercibido) un pajarillo quedará a la vista.
La mayoría de ellos son tan movidos y pequeños, que fotografiarlos sin atraerlos de alguna manera resulta muy complicado. Nosotros hemos optado por pillarlos "in fraganti", en su estado natural, aunque el resultado será más pobre, conseguiremos así unas imágenes verdaderas.
Los carboneros son los primeros en aparecer tras adentrarnos lo suficiente en el bosque como para dejar atrás los gorriones, urracas, rabilargos y demás especies que encontramos con tranquilidad en los parques y núcleos urbanos.

Carbonero garrapinos (Parus ates)


Carbonero garrapinos (Parus ates)


El carbonero garrapinos no podía faltar dado su nombre, pero no es fácil toparse con él, ya que abundan más los carboneros comunes.


Carbonero común (Parus major)


Carbonero común (Parus major) cantando


Quizás estas fotos tengan mala luz, mal contraste y mal ángulo pero nos muestran a estos pequeñajos tal como son y como nos los encontramos en el pinar.
Otros habitantes de estas masas forestales son los mitos y verdecillos, destacados estos primeros por su pequeño tamaño y su agrupación en grandes bandadas y los verdecillos por su llamativo color amarillo.


Mito (Aegithalos caudatus)


Verdecillo (Serinus serinus)


Un curioso habitante que cada vez es más abundante por esta zona, es el alcaudón común. Se le reconoce fácilmente tanto por su físico (Plumaje rojo en la cabeza y un gran pico ganchudo) como por su hábito de volver con la presa al mismo posadero (En ramas secas de pino a media altura donde los hay o en espinos).


Alcaudón común (Lanius senator)



Alcaudón común (Lanius senator)


Alcaudón común (Lanius senator) comiendo


Alcaudón común (Lanius senator) en espino


Juvenil de alcaudón común (Lanius senator)


Este paseriforme tan peculiar utiliza los espinos como despensa clavando en los pinchos de estos sus presas. Además esto le sirve también para ayudarse a partirlas y despedazarlas. En estos entornos de espinas y pinchos puede coincidir con aves como el escribano soteño.


Escribano soteño (Emberiza cirlus)


Quizás una de las horas más críticas de canto de pajarillos es el atardecer, difícil momento para hacer fotos dentro del pinar, ya que su espesura impide la entrada de la luz prácticamente horizontal de un sol naranja y a punto de marchar. Por ello nos acercamos a las afueras del pinar donde hay una pequeña laguna que atrae algún que otro paseriforme, tanto por sus reservas de agua, como por la cantidad de mosquitos y bichos que sirven de alimento.



Herrerillo (Parus caeruleus)


Pero entonces ya es muy tarde y no entra ni un rayo de sol, solo una luz tenue que se irá perdiendo por completo.


Silueta de tarabilla común (Saxicola torcuatus)


Silueta de jilguero (Carduelis carduelis)


Con la silueta de uno de los mejores cantantes de los parajes de secano nos despedimos hasta la siguiente entrada.
Gracias por la visita, un saludo.