Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

lunes, 5 de diciembre de 2011

Naciendo entre castaños

Una actividad que solemos practicar cuando no tenemos mucho que hacer, es pasear o dar una vuelta. Simplemente, empezando a andar por andar, muchas veces acabamos pasando la tarde viviendo eventos que no esperábamos al poner el pie en la calle. Mucha gente estará pensando en ese día en que salió a dar una vuelta a la manzana y se encontró con un viejo amigo con el que acabó pasando una agradable tarde. Pero aquí nos referimos más a las andanzas sin rumbo y sin motivo por un medio natural; ya sea montaña, campo, riberas, costas...
Así, por ninguna razón, una tarde de domingo de noviembre nos pusimos las botas, agarramos un palo y comenzamos a patear un monte conocido. Como siempre, por el camino uno se va encontrando multitud de señales que nos retratan la vida del lugar aunque no podamos verlo: una huella pequeñita de plantígrado en el barro nos indica que durante la noche hubo un tejón buscando lombrices para saciar el hambre;


Huella de tejón (Meles meles)


Alguna que otra estampa, nos recuerda el otoño en nuestros montes.


Setas creciendo de una piña



Setas creciendo de una piña


Cuando uno quiere darse cuenta a recorrido varios kilómetros y empieza a descubrir nuevos parajes. De repente, como si de una frontera se tratara empiezan a aparecer multitud de castaños entre la vegetación hasta encontrarnos dentro de un verdadero castañal. Bajo sus ramas se han ido generando pequeños barrizales con charcos prácticamente permanentes durante los meses de más frío; ya que durante el otoño la caída de agua no cesa en los montes cántabros.


Viejo castaño (Castanea sativa)

Es precisamente ahí, donde las precipitaciones de lluvia se han ido acumulando y las hojas de los castaños dejan caer el agua que van almacenando, el lugar elegido de la rana bermeja para colocar la puesta. No tan ligadas a los cursos de ríos o lagos como pueden estarlo las ranas verdes, las bermejas pueden encontrarse bastante alejadas de núcleos de agua permanente. Juntándose exclusivamente para reproducirse, eligen el lugar que garantice la vida de sus descendientes. Este tipo de ambiente es el más solicitado por estas ranas pardas. Son aguas estancadas, por lo que la corriente no se llevará sus huevas; son temporales, por lo que hay ausencia de muchos posibles depredadores como peces, tritones... y las zancudas no se pasean por ellas.

Puesta de rana bermeja (Rana temporaria)

Tras producirse el amplexus, la hembra deposita los huevos en los remansos de agua que hemos descrito. Cuando nacen los renacuajos, pasarán su fase larvaria en pocos meses alimentándose de detritus, protozoos, algas e incluso otras puestas o larvas de menor tamaño. Tras sufrir la metamorfosis (en esta especie transcurre más rápido por el hecho de depender de un flujo de agua temporal), las ya ranitas abandonan su zona acuática y se adentran en los bosques y prados. Cuando alcanzan la madurez sexual vuelven al lugar de nacimiento u otro parecido y el ciclo vuelve a empezar.



Rana bermeja (Rana temporaria)



Rana con la puesta


Las ranas pardas que existentes en la península ibérica son todas bastante parecidas, confundibles a simple vista.
Una forma de diferenciarlas rápidamente es fijándose en el tímpano: mientras la bermeja y la ágil lo tienen de tamaño similar al del ojo, las ranas patilargas y pirenaicas tienen un tímpano de un tamaño claramente menor al del ojo. Eso si, todas deben tener la mancha oscura timpánica que las diferencia de las ranas verdes (que muchas veces son de tonos marrones). Otra característica exclusiva de las ranas bermejas frente a las otras cuatro, es un tamaño relativamente corto de las extremidades posteriores.



Detalle de la rana bermeja (Rana temporaria)


Es tiempo de castañas, y en el suelo, dentro de bolas de pinchos caídas de los árboles que nos recuerdan a pequeños erizos, está el fruto y la posterior semilla que dará paso a nuevos bosques donde futuras ranitas seguirán sacando adelante la especie. Armadas de esos tonos castaños de camuflaje y sus poderosas patas traseras para escapar, esperemos que este anfibio siga formando parte de nuestra preciada fauna durante mucho tiempo. Y es que, esta rana también es presa del ser humano. Es cogida para su degustación al igual que la rana verde, y hay lugares en los que aprovechan la zona y fechas de cria (cuando la concentracion anura es más elevada) para llevarse más de una asentada. Ni decir tiene, que las puestas quedan destrozadas, por lo que no solo trastornan la población actual del lugar, sino también la futura.
Cuando decidimos volver ya es de noche, y el camino de vuelta lo ameniza el cárabo con su ulular, las ranas verdes se oyen croar a lo lejos, en el río que surca el valle y algún que otro corzo suelta un ladrido. Siempre algún animal atrevido se cruza fugazmente, pero solo deja ver su sombra.
Esperamos que os guste la entrada, y que cuando veáis nuevamente un charco os pique la curiosidad de observar si contiene vida en su interior, un saludo a todos.

4 comentarios:

  1. Que setas más caprichosas. Parece que fue un paseo fantástico. Un saludo, y a seguir disfrutando de la vida!

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  2. Bonita entrada muchachos.
    Ya sabéis que siempre me dejáis con la boca abierta cuando sacáis algún relato de estos de la manga, con todo bien contado y relacionado.
    Un saludo, cuidaros!

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  3. Preciosas imágenes. Las de las setas espectaculares y las de la rana bermeja son estupendas. Nos gusta especialmente la de la rana junto con la puesta de huevos, tiene un color increible.. Felicidades

    Un saludo

    Lourdes y Jesús

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  4. Una entrada de lujo con unas grandes fotos y un texto preciso y bien trabajado. Un abrazo fuerte

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