Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

lunes, 24 de septiembre de 2012

Aguas pirenaicas

Hartos de la contaminación, de aguas muertas, y ese calor africano que a veces azota la península; escapamos a las alturas del pirineo  en busca de alguna parte sin masificar. Para nuestra sorpresa, descubrimos que todavía se puede caminar a solas por estos montes y sus ríos.
Nuestra intención no fue perseguir endemismos, ni acaparar el mayor número de especies; sino dejar que las montañas nos invadieran con su encanto natural.
De esta manera, remontamos varios ríos de poco caudal que serpenteaban entre bosques de hayas y pinos.  Las aguas cristalinas que discurren entre calizas pulidas por los años y el deshielo han ido erosionando y  formando los escarpados paisajes pirenaicos. El sol brillaba con fuerza, lo que animaba aún más a estar cerca de los cauces, pozas y cualquier sitio con agua.
Con un poco de cuidado conseguíamos esquivar las ranitas bermejas y los sapos comunes que acababan de terminar la metamorfisis e invadían las pedregosas orillas donde algún adulto recibía el calor del sol tranquilamente.


Rana bermeja (Rana temporaria)


Al movimiento de una roca mal pisada salió dando saltos un sapo partero que se mantenía oculto de las horas igual demasiado calurosas para un ser que no permanece el día en el agua. Es increíble el ojo de este sapo; como el del corredor, pero con la pupila vertical en vez de horizontal.


Sapo partero común (Alytes obstetricans)


Sapo partero común (Alytes obstetricans)


Según ascendemos, el río se hace riachuelo y sus márgenes se integran con el bosque. El calor deja de apretar con las últimas horas y diferentes cascadas que aportan las pendientes de los bosques llegan  al río que habíamos remontado. En este maremágnum de hierbas húmedas, troncos, piedras musgosos y agua a pie de árboles (que mantenían una sombra constante en la zona), encontramos dos saltarines: otro sapo partero y uno de los endemismos del lugar, la rana pirenaica.


Bosque pirenaico de hayas
 

Sapo partero común (Alytes obstetricans)


Este partero que puede confundirse fácilmente con un sapillo moteado por la coloración que presenta (bastante apropiada para el lugar por el que se encontraba), compartía hábitat con la rana pirenaica. Las ranas pardas (rana bermeja, rana patilarga, rana ágil y rana pirenaica) pueden parecerse mucho entre sí, pero tienen sus distintivos. Uno de ellos es el tímpano; otro la longitud de las patas traseras. Otros más subjetivos o de observación más meticulosa: como puede ser la disposición y abultamiento de los pliegues dorsolaterales o la rugosidad de la piel.


Rana pirenaica (Rana pyrenaica) con enfermedad


La rana pirenaica no posee los pliegues dorsolaterales muy marcados, posee una piel principalmente lisa y el tímpano apenas se ve. Pero esto es un tanto realtivo. La naturaleza nunca se basa en algo estricto y siempre hay variaciones, excepciones... La fotografía anterior y la siguiente corresponden a una rana pirenaica que sufre una enfermedad que le trastorna aparentemente el físico y de no ser por encontrar posteriormente ejemplares sanos la identificación se complicaría bastante. Al contraluz se observa con buen detalle la cantidad de rugosidades que la envuelven.


Rana pirenaica (Rana pyrenaica) con enfermedad
 
 
Río pirenaico típico (ambiente de Rana pyrenaica y Calotritón asper)
 
 
En lo más alto, donde el río no puede ser más puro, porque prácticamente nace pocos metros más arriba, aparece el otro anifbio endémico del lugar; el tritón pirenaico, manteniéndose en el lecho del río.
 
 
 Tritón pirenaico (Calotriton asper)


 Tritón pirenaico (Calotriton asper)


Tritón pirenaico (Calotriton asper)
 
 
 Siempre se nos hace de noche cuando estamos en los bosques y aún hay que volver. No importa, cuando son lugares conocidos o si previamente se ha localizado una ruta segura de vuelta, si no es así puede resultar fatal encontrarse en este tipo de situaciones. Si esto ocurre siempre es bueno contar con una luna luminosa y no con una noche cerrada, o tener pilas en la linterna.
Las noches húmedas o si previamente ha llovido, son los mejores momentos para buscar anfibios. Es entonces cuando damos con una rana pirenaica sana (con las características propias) para confirmar la especie.

 
 Rana pirenaica (Rana pyrenaica)
 
 
Noche en los pirineos
 
 
Estos son unos cuantos de los anfibios que se dejan ver por los pirineos con calor, de noche, en ríos y bosques. Gracias por leernos y por los comentarios que completan cada entrada con opiniones y aportaciones,
saludos a todos.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La cabra mallorquina

Fruto del cruce de cabras de pastoreo y su posterior aislamiento en las montañas, nace la denominada cabra mallorquina. No está catalogada como especie salvaje, como lo está la cabra montés; ni son dueñas de nadie: no proporcionan leche, ni lana, ni carne (si no se cazan previamente).


 Macho jóven de cabra mallorquina

 
Cabra mallorquina con su cría moviéndose por su entorno

 
 Hábitat de la cabra mallorquina

 
Se diferencia de una raza ganadera en su escaso núcleo familiar. Los grupos más amplios que se observan son una madre con su cría del año y algún juvenil de años anteriores, ya que los machos adultos principalmente viven solos, juntándose únicamente con hembras para asegurar su descendencia.
De una especie doméstica podría diferenciarse por su miedo al ser humano, escondiéndose y buscando alimento en las zonas más inaccesibles.

 
 Cabra mallorquina comiendo en las alturas

 
 Hembra de cabra mallorquina buscando alimento

 
 Macho adulto de cabra mallorquina buscando alimento

 
La diferencia más notable de los diferentes sexos son los cuernos. Los de los machos retorcidos hacia fuera, los de las hembras curvos hacia atrás. Además por el tamaño de los mismos se puede aproximar la edad del animal. Pero existen otras diferencias significativas como la ausencia de barba en las hembras y la tonalidad negra en cara y costados de los machos.

 
 Cabra mallorquina en su entorno rocoso

 
Estas cabras andan hasta última hora desde los puntos más altos de la Sierra de Tramontana hasta el nivel del mar de la misma, en las llamadas calas donde los acantilados rocosos desechan el agua de los torrentes al mar.

 
Macho de cabra mallorquina vigilando entre la vegetación

 
Puesta de sol sobre el mediterráneo recortando la silueta de la Sierra de Tramontana

 
Nosotros solamente hicimos una visita a esta sierra, hablamos con gente del lugar e intentamos informarnos un poco, por lo tanto cualquier entendido de la zona seguro que puede aclararnos la situación de esta especie o retractarnos. Con mucho gusto se acepta cualquier crítica constructiva.
Un saludo y gracias por la visita