Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

domingo, 1 de junio de 2014

Búho real en Tierra de Campos

La península Ibérica, es una de las regiones geográficas del continente europeo que atesora más variedad de ecosistemas; desde los lugares más bellos y espectaculares a las zonas más inhóspitas y hostiles. Esa riqueza de hábitats se traduce en una enorme biodiversidad, albergando un elevado número de seres vivos que encuentran sus diferentes condiciones óptimas en distintos ambientes para vivir. Por un lado, hay especies que solo se encuentran en entornos naturales muy concretos, debido a que sus patrones biológicos y ecológicos están restringidos a ciertos factores que a su vez son limitantes. Por ejemplo, el urogallo cantábrico sólo se encuentra en bosques atlánticos maduros, donde la masa vegetal no se encuentre fragmentada. Estas grandes superficies boscosas cada día son más escasas, por consiguiente, se está condicionando de manera importante la supervivencia de la especie. Sin embargo, hay otras especies en las que sus requerimientos vitales no son tan específicos, por lo que su rango de abundancia y distribución aumentan. Un ejemplo de este segundo caso es el protagonista de la entrada, el búho real.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


No es la primera vez que hacemos mención sobre la enorme admiración que sentimos hacia esta especie, incluso podemos describirlo casi como obsesión. Hace un par de meses publicamos una entrada sobre el búho real en su ambiente característico, el bosque mediterráneo. Pero poco a poco la ambición ha podido con nosotros y hemos ido siendo tentados a reflejar al gran búho en otro tipo de ecosistemas, donde su abundancia es más bien escasa, pudiéndose contar los ejemplares de la región con los dedos de una mano. Se trata de una zona de grandes contrastes térmicos, donde los veranos parecen el mismo desierto del Sáhara y los invierno nos transmiten el recuerdo de la fría Siberia. Extensas planicies ocupadas principalmente por cultivos de secano y grandes superficies de pinares de repoblación conforman el mosaico de la conocida comarca castellana de Tierra de Campos. Entre las siembras de trigo y cebada se levanta algún esporádico cortado de tanta altura y verticalidad que el esquivo búho real pasa completamente desapercibido.


Hábitat en Tierra de Campos del búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Nuestro seguimiento sobre el fantasma de la meseta castellana comenzó durante el periodo de celo de la especie, allá por diciembre del año pasado. Numerosas esperas observando cómo el macho aclamaba a la hembra con su ulular característico. Justo en los momentos en que se nos empezaba a quedar la óptica sin luz, una silueta hacía su aparición posándose sobre uno de sus posaderos habituales para posteriormente, bajo la luz de la luna, mostrarse imponente en lo alto de las peñas  . Los días pasaban y los momentos de llamadas amorosas iban a ser sustituidos por un periodo de incubación, en el cuál, la hembra estará dando calor a los huevos mientras el macho está escondido en algún lugar cercano esperando que llegue la noche. A partir de este momento, decidimos dejar pasar un par de meses para volver al mismo lugar. El objetivo era alterar lo menos posible el transcurso del ciclo biológico ya que se trata de una etapa delicada en la que cualquier molestia puede desencadenar en el abandono de la puesta. Dos meses después retomamos nuestro punto de observación para ver qué tal le habían ido las cosas a la pareja de búhos reales.



Al alba, pollos de Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


En años con una buena disponibilidad alimenticia en los que la abundancia de conejos es buena, la familia de búhos reales puede sacar adelante entre 3 y 4 individuos. La experiencia de los progenitores será clave para el éxito de la pollada. Muchas veces, el distinto tamaño entre los pequeños es notable, ya que no todos salen del huevo a la vez; la diferencia de eclosión entre uno y otro puede ser de un par de días. A parte, no todos comen la misma cantidad de comida, suele haber uno de ellos que es más grande y se apodera del recurso alimenticio. Por eso es tan importante que haya una gran disponibilidad de comida, para que todos tengan bocado.


Adulto y volantón de Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Una de las mejores experiencias que todo naturalista puede tener, es el poder ser testigo de cómo las nuevas generaciones de diferentes especies van saliendo adelante a pesar de todos los peligros a los que se enfrentan. Cada año se hacen patentes los esfuerzos parentales por sacar adelante a su prole, con una inversión enorme de energía. La disponibilidad de su fuente de alimenticia va a condicionar el éxito de los juveniles, en el caso del búho real, será principalmente la abundancia de conejos.


Volantón recibiendo las enseñanzas del adulto Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Una vez que los pollos son capaces de volar, pasan un cierto tiempo, que puede rondar los dos meses, en el cuál siguen siendo alimentados por los padres. Será el paso previo a su dispersión, una etapa en la que tendrán que aprender la mayoría de aspectos y habilidades para poder sobrevivir en un futuro. Mientras que el volantón se va cubriendo de las plumas que le darán el aspecto adulto, una de las primeras prácticas habituales es el perfeccionamiento de la técnica de vuelo. Es frecuente observarlos cómo vuelan de un posadero a otro, bajo la siempre atenta mirada del adulto.



Vuelo del volantón ante la atenta mirada del adulto Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Encontrar a esta especie no es tarea fácil, sus hábitos nocturnos y su perfecto mimetismo con el medio hace que sea complicado dar con ellos. Pero si lugar a dudas, el trabajo se ve recompensado cuando una familia como esta te acepta en su entorno. Cuando te dejan ser observador de sus dificultades, sus progresos y su belleza.
La figura del porte adulto encaramado al corte vertical del terreno nos sirve como final de la historia de esta especie tan emblemática que esperemos se repita año tras año. Esperando con ansia sus cacerías nocturnas, con el pico aún ensangrentado de la noche anterior, el gran búho esperaba un rojo atardecer típico de la comarca cuando las nieblas difuminan los rayos del sol poniente.


En su ambiente escarpado, con las últimas luces el Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Muchas gracias a todos los lectores por seguirnos. Un saludo y hasta la siguiente.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Secretos de la vida del oso pardo cantábrico.

La observación y el seguimiento de fauna siempre requiere de una tercera parte crítica y objetiva que juzgue los hechos acontecidos. Muchas veces, las respuestas que damos a multitud de preguntas que nos hacemos permanecen latentes hasta un momento posterior en el cual hayamos una solución. En otras ocasiones, simplemente postulamos hipótesis, ya que no conocemos con certeza lo ocurrido. Como la vida en general, cuanto más se conoce o se estudia de una materia concreta, más dudas surgen. Uno de los animales más esquivos y complicados de ver, atesora una serie de secretos relacionados a su etología. Comportamientos poco frecuentes, rara vez filmados o fotografiados en libertad en la península Ibérica, debido a la dificultad que entraña y la escasez del animal. En este post, queremos hacer referencia a dos de esos secretos de la vida del oso pardo: el celo múltiple y la capacidad para cazar de la especie.


Celo múltiple de dos hembras y un macho de Oso pardo / Ursus arctos / Brown bear mating season with two females and one male.


Observando el poderío de los osos copulando en lo alto de las peñas al amanecer, sin lugar a duda, podemos afirmar que uno de los mayores espectáculos que regala la fauna ibérica es el celo del oso pardo. Si ya de por si, ver un individuo solo campeando por los bosques de la cantábrica es alucinante, el poder ser testigo de un momento tan especial e íntimo para la vida de cualquier especie es algo mágico y único. Durante este periodo, los machos recorren y merodean el territorio de las hembras en busca de alguna oportunidad. La receptividad de éstas va a estar ligada a tan solo unos 25 días de media y no todas van a estar dispuestas. Las osas con crías del año o las hembras sexualmente inmaduras no entran en este juego amoroso. La situación frecuente es que un macho adulto, de buen tamaño, se aproxime a su elegida y la olfatee los cuartos traseros para comprobar la receptividad de ésta. Si la osa acepta, pasarán unos días de amor osero en el que fundamentalmente se dedicarán a alimentarse y copular.


Cópula de Oso pardo / Ursus arctos / Brown bear mating


Sin embargo, hay situaciones en las que se pueden encontrar varios individuos interaccionando entre sí por el derecho a copular. A esta situación se la conoce como celo múltiple, pudiendo congregar varios osos a la vez, desde varios machos batallando por una hembra hasta grupos reducidos de féminas que esperan una oportunidad. No es lo habitual, pero cuando ocurre se pueden llegar a vivir momentos tensos, sobretodo si los dos osos son de tamaño parecido. Llegados a ese punto, si son machos, comenzarán a arrastrar los genitales por los prados para marcar y advertir así de su presencia. También es frecuente que caminen de forma imponente, para mostrar su tamaño. Si ninguno de cede, se producirá un enfrentamiento entre ellos. Cuando un oso es mas corpulento que su rival, una simple mirada o postura hace cambiar de dirección al juvenil.


Celo múltiple de dos machos y una hembra de Oso pardo / Ursus arctos / Brown bear mating season with two males and one female.


Bastante más infrecuente es encontrarse varias hembras junto a un macho. Se cree que el carácter promiscuo que muestran las osas durante este periodo podría ser un método para evitar ataques infanticidas de machos hacia hembras con crías, ya que estos reconocerían a la hembra con la que copularon y con ello pensarían que las crías son descendencia suya.
A continuación, os mostramos un vídeo que resume los diferentes casos de celo que se pueden dar. Aunque las imágenes hablan por si solas; adelantamos que en él se aprecia una cópula normal, un celo múltiple de dos machos y una hembra y otro celo múltiple de dos hembras con un macho.


Diferentes tipos de cópula del Oso pardo / Ursus arctos / Brown bear
(Aumentar calidad a 1080 HD)


Si hay una característica que define a este enigmático animal es su dieta omnívora. Desde brotes tiernos e insectos en primavera, bayas en verano, bellotas y hayucos en otoño, pasando por carroña de vez en cuando. Aunque tenga una mandíbula con unos dientes diseñados para comer carne, su fisiología externa no está especializada para la caza, a diferencia de lobos o linces. Sin embargo, hay algunos osos que han desarrollado esa habilidad a la hora de capturar crías de corzos o rebecos, siendo un echo poco frecuente y muy puntual. Aprovechan estas fechas en donde los ungulados acaban de tener a sus crías, las cuales no están muy espabiladas. En una de nuestras jornada de campo, observamos a una osa que tenía cierta querencia a perseguir rebecos por las rocas. Nosotros no le dimos mucha importancia, ya que los rebecos están perfectamente adaptados a escalar, subir y saltar entre peñas, y parecía imposible que lograse cazar uno. A la mañana siguiente, volvemos a encontrarnos con la misma osa realizando la misma operación. La seguimos con detenimiento hasta que llega un momento en el que desaparece de nuestro campo visual. Se había ocultado tras un cortado rocoso. A los 5 minutos, Dani rompe el silencio diciendo "la osa ha cazado un rebeco y lo lleva entre su mandíbula"!!!!!!. Preparamos el equipo para poder inmortalizar ese momento tan especial y aunque no nos dio tiempo a grabar a la osa caminando con el rebequín, si que conseguimos plasmar en el siguiente vídeo cómo se alimenta de él.


 Oso pardo / Ursus arctos / Brown bear comiendo una cría de rebeco
(Aumentar calidad a 1080 HD)



Como comentamos al principio, un hecho que no se ha visto directamente no se puede corroborar ni afirmar nada. Simplemente hacer una hipótesis de lo que posiblemente ocurriese. Llevábamos 2 días viendo como la osa corría a los rebecos y cinco minutos antes de que apareciese con la cría de rebeco entre la mandíbula estaba persiguiéndolos. Probablemente lo que pudo ocurrir fue que uno de esos rebequines se despeñase o tropezase al verse asustado o sorprendido por la osa, ya que varias veces intentaba capturarlos al acecho.

Son momentos únicos, que nos hacen recordar que todavía nos quedan pequeños enclaves en nuestra geografía, donde la naturaleza transcurre ajena a todos los problemas, manteniendo su estado más salvaje. Un lugar donde merece la pena perderse, abrir los ojos y disfrutar de todo el ecosistema en sí, desde los macroinvertebrados acuáticos, pasando por toda la flora, hasta los grandes mamíferos. Lugares muy escasos y a la vez muy sensibles, y que necesita del esfuerzo de todos los gremios para que se conserve.

Como siempre que se tratan especies sensibles, las imágenes y los vídeos están tomados a gran distancia mediante la técnica del digiscoping, encareciéndose parte de la calidad de las fotografías, pero a su vez permitiendo la obtención de escenas como estas sin causar ninguna molestia a la especie.

Esperamos que hayáis disfrutado la entrada. Un saludo a todos y gracias por visitarnos.


domingo, 20 de abril de 2014

Primavera en la Cantábrica

Como el despertar de un león, los bosques de las montañas rugen de jovialidad tras los deshielos y las bajas temperaturas. Sin duda, la primavera es una época de máxima vitalidad en aquellas zonas donde las inclemencias meteorológicas han dificultado el desarrollo de la vida durante los meses más fríos.
Observando la flora podemos ver cómo se acerca la nueva estación a las cumbres boscosas de la Cordillera Cantábrica. Las hayas a pie de monte se muestran poderosas con las primeras hojas, mientras las que se encuentran a mayor altura aún lucen tímidamente sus brotes. Aunque oficialmente ya haya transcurrido un mes de primavera, por estos lugares es ahora cuando se empieza a hacer notar.
Podríamos decir que el calendario de los animales da la entrada al nuevo año por estas fechas, en primavera, que es cuando empieza la explosión de vida. Todos los seres vivos despiertan y lo hacen con ganas y esperanza. Unos lo hacen físicamente como los mamíferos que despiertan del letargo invernal o los árboles de hoja caduca, que hasta ahora parecían muertos; otros simplemente lo hacen de forma psicológica, dejan de vagar sin rumbo y se centran en cuidar de las crías recién llegadas al mundo o fijan su atención en encontrar pareja.
Ya hemos advertido varias veces en este blog lo curioso que resulta pararse a escuchar en un entorno natural. La primavera no entra solo por los ojos, lo hace también a través de los olores que desprenden las flores o los sonidos que provoca la reciente actividad de la fauna local. Sin más preámbulos, y en este idílico entorno, aparece un canto de ave estridente y poco frecuente. El pito negro hace sus llamadas territoriales y todo el bosque se para a escuchar. Sus señales de presencia son visibles en los troncos agujereados de las hayas muertas más grandes, pero, como una sombra sus limitadas apariciones dejan mucho a la imaginación. Con sus escasas 300 parejas estimadas en la Cordillera Cantábrica según SEO, su porte negro salpicado de rojo y esbelto, es todo un icono de estas montañas.


Hembra de pito negro / Dryocopus martius / Black Woodpecker.


Quizá atribuimos esta especie más a los Pirineos, donde su población es bastante más elevada, con unas 1100 parejas, pero no hay que olvidar que aunque más escondida y menguada, se mantiene una población estable en la cantábrica conviviendo con otras especies delicadas como el urogallo, el oso o la perdiz pardilla.
El recientemente apodado picamaderos negro, también tiene por vecino un ave que aunque no esté amenazada despierta curiosidad fácilmente por su atractivo plumaje.


Macho de camachuelo / Pyrrhula pyrrhula / Bullfinch.


Como una naranja con alas, cuando el camachuelo se posa en las ramas de los árboles a nuestra vista, nos da la vaga sensación de estar frente a un naranjo. Sólo el macho tiene este tono de color tan diferenciado, la hembra con un plumaje de grises apagados puede pasar inadvertida fácilmente.
Como señalamos al principio del texto y queremos hacer ver en el post, la primavera está llena de vitalidad. Es momento de toparse con curiosidades. Si bien es cierto que no conseguimos documentarlo, no queríamos dejar de contar cómo observamos un rebeco persiguiendo a un corzo ladera arriba en lo más profundo de un hayedo maduro. Sorteando troncos y rocas musgosas y pisando esa alfombra de hojas muertas que cubre la sombría del bosque, el corzo ladraba escapando del acoso del otro ungulado. Son situaciones en las que te olvidas de la cámara porque ves que no vas a conseguir nada, y te sientas sobre un tronco caído a deleitarte con la escena.


Rebeco / Rupicapra rupicapra / Chamois, dentro del hayedo tras un corzo.


De esta manera muchas veces se pasa suficientemente inadvertido, sentado y sin necesidad de esconderse demasiado. Hasta una juguetona ardilla trepaba y saltaba entre ramas y troncos llenos de líquenes sin sentir ningún temor.



Ardilla común / Sciurus vulgaris / Red Squirrel, entre líquenes.


Donde el bosque da paso a pequeñas praderas hay cantidad de movimiento de depredadores de micromamíferos que se acercan a cazar y a su vez tienen cerca la suficiente cobertura vegetal para esconderse y desaparecer. Con las frecuentes lluvias y los deshielos de la época, a veces se produce la inundación de madrigueras y galerías de estos pequeños peludos. Situación desfavorable para unos y de provecho para otros, son las pocas ocasiones en la que los topos, aislados en su mundo subterráneo, no tienen más remedio que salir a la peligrosa y desconocida superficie.


Topo ibérico / Talpa occidentalis / Spanish mole

Mientras uno espera toparse con estas casualidades, se pasa inadvertido, sentado, y los acentores que buscan las ramas altas de brezo para lucirse a veces sin darse cuenta, quedan bastante cerca del objetivo.


Acentor común / Prunella modularis /  Dunnock.


Todo este jolgorio faunístico de sonidos aflautados, esencias olorosas y belleza paisajística queda enmascarado cuando surge entre la vegetación el rey indiscutible de estas montañas. Una auténtica joya que pocos países de Europa, sobretodo del marco occidental del continente, tienen el privilegio de atesorar. Un animal que no deja indiferente a nadie, el oso pardo cantábrico.
Hace unos 30-40 años, mucha de las personas que convivían con él lo consideraban una bestia, una especie a la que había que exterminar. Hoy en día, gracias a la labor fundamental de educación ambiental de diferentes asociaciones y naturalistas que han dedicado gran parte de sus vidas a observarlo y estudiarlo, la situación del oso pardo ha cambiado considerablemente a mejor. La mayoría de lugareños ahora lo respetan, siendo este un elemento fundamental a la hora de conservar a la especie. La persistencia de grandes animales como osos, lobos o linces, a parte de una necesaria y estricta protección de su hábitat, necesitan la aceptación de la población local. En este tema, si que se puede hablar de éxito en las montañas cantábricas. No ocurre lo mismo con la pequeña población que queda en Pirineos, que de momento es uno de los factores limitantes para que progrese la especie. 
A día de hoy, el oso pardo cantábrico va esquivando los numeroso peligros que le acechan diariamente y poco a poco su población va aumentando. No por ello es momento de bajar los brazos, sino de consolidar todos esos esfuerzos que se han llevado a cabo durante tantos años para poder seguir disfrutando de esta especie durante mucho tiempo.
Después del letargo invernal el día del oso transcurre tranquilo rebuscando insectos bajo piedras o alimentándose de los frescos brotes primaverales. Es una época en la que deben de obtener el suficiente aporte nutricional para pasar con garantías el periodo del celo.


Oso pardo cantábrico alimentándose en total libertad
(aumentar la calidad del video para disfrutarlo mejor)


Con los brezos floridos, rodeada de altas peñas y siempre en la lejanía, esta osa nos dejó el tiempo justo para inmortalizar con esta estampa la majestuosidad de esta imponente especie.
Esperemos que podamos disfrutar todos de esta gran estación que es la primavera. Gracias por comentar, leernos o simplemente echar un vistazo a las fotos, saludos.

 

 Hembra de oso pardo cantábrico / Ursus arctos / Brown bear.


martes, 4 de marzo de 2014

Búho real: el gran deseado.

A lo largo de los años, la observación de diferentes especies que nosotros consideramos especiales, nos van regalando momentos maravillosos que quedan perfectamente grabados en lo más profundo de nuestra memoria. A parte de la mera observación, poder ser testigos de hechos poco frecuentes en la etología del animal, es un auténtico regalo que ofrece la naturaleza.

Cada uno de los que disfrutamos con la observación de la naturaleza tiene una cierta apetencia a determinadas especies que por un motivo u otro las hacen especiales. Nuestra debilidad, a parte de los mamíferos, son las rapaces nocturnas y concretamente el búho real. Los búhos y lechuzas poseen unas características tan especiales, ya sean morfológicas o etológicas que marcan la diferencia con cualquier otro grupo de animales. Desde una vista prodigiosa adaptada a la oscuridad, hasta una sensibilidad auditiva extraordinaria, pasando por un diseño silencioso en sus plumas. Su perfecta adaptación a la vida nocturna, los hace pasar desapercibidos para muchos y muy querido para unos pocos.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl


Nuestra historia con el rey de las nocturnas comienza hace bastantes años, cuando  ese "uú-hu",que tanto interés despertó en nosotros, retumbaba en las oquedades de una antigua cantera de caliza. Al ser un ave con una distribución ligada a ambientes mediterráneos, nunca hemos podido dedicarle el tiempo que nos hubiese gustado, ya que donde vivimos es prácticamente inexistente. Es por ello, que cuando tenemos la oportunidad de viajar al centro y sur peninsular, aprovechamos para dedicarle ese tiempo que se merece. Este año, nos surgió la oportunidad de poder pasar un cierto periodo de tiempo entre los bosques mediterráneos mejores conservados de la península. Una oportunidad única que no podíamos desaprovechar.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl, escondido pero observador sobre el gran madroño.


Si la observación de esta rapaz es complicado de por si, el poder fotografiarla en su ambiente tiene su cosa. El hecho se demuestra en que no son muy abundantes las imágenes de esta especie en su entorno natural, ya que muchas fotos que circulan por internet son en condiciones controladas de individuos que utilizan para cetrería. El resto de imágenes, que son una minoría, se realizan desde hides o con alta velocidad y tienen una calidad descomunal. Nosotros no teníamos, ni tiempo para colocar un escondite, ni material suficiente para hacer sesiones con barreras de infrarrojos, por lo que tuvimos que usar nuestras propias armas. Como ya explicamos en otras ocasiones, la posibilidad que ofrece el digiscoping a la hora de fotografiar especies sensibles es sensacional, debido fundamentalmente a que cubre con creces las grandes distancias a las que cualquier teleobjetivo se queda pequeño. Esta claro que la calidad no es brillante, pero el poder disfrutar del búho en sus quehaceres diurnos sin la más mínima molestia es para sentirse más que satisfecho.


Búho real / Bubo bubo / Eagle-owl , con su mirada penetrante


No se puede dejar de sentir admiración por una especie que sólo es visible diez minutos al día. La jornada empieza cuando el sol se ha acostado y la penumbra empieza a ganarle la batalla a la luz. Entonces el búho real abandona su escondite diurno para desperezarse mientras otea desde algún alto rocoso. Sus ojos naranjas escudriñan el terreno, y pasados cinco minutos, se pierde en un vuelo rápido y silencioso, y comienza la caza. La principal presa de este gran búho es el conejo; pero son muchos los habitantes del bosque mediterráneo que temen sus garras (hemos llegado a saber de restos de águila real o halcón peregrino en un nido de un búho real en la provincia burgalesa). Oído, vista, destreza y fuerza ponen a prueba a todos aquellos seres que vagan bajo el manto negro de la noche. Para cuando el horizonte clarea, el matarife vuelve a su zona de descanso. Antes de volver a su santuario, vigila de nuevo desde las altas rocas y se pavonea durante escasos cinco minutos. Una vez que todo está controlado con un rápido vuelo vuelve a su rama donde pasar inadvertido durante sus siestas y tareas de acicalamiento con las que mantener sus armas a punto.



Para más calidad, ver el vídeo en HD a 1080 megapíxeles a mayor tamaño. Para ello pinchar en el símbolo de youtube, ya que por defecto se muestra con la peor calidad


En esta entrada hemos querido destacar su carácter más natural. Con el vídeo expuesto, esperamos que podáis sentir la magia de este superdepredador nato de la noche que durante el día trata de pasar tranquilamente desapercibido.
Saludos a todos y gracias por leernos, esperamos que las visitas sean agradables o al menos tengan un ápice de interés.


viernes, 10 de enero de 2014

Tres conocidos coloridos

Son muchas las especies de aves que residen o pasan un cierto periodo del año en nuestro país, se habla de unos aproximadamente 550 taxones diferentes catalogados en España entre nidificantes, estivales, invernantes, migradoras en paso, accidentales e introducidas. Esta enorme diversidad alada se debe fundamentalmente a la buena disposición biogeográfica de la península Ibérica y a la gran cantidad de diferentes ecosistemas que alberga este país, siendo un auténtico paraíso para cualquier amante de las aves.

Cada especie es especial a su manera y cada una tiene su historia particular a la hora de localizarlas y poder fotografiarlas. En términos generales , la fotografía de aves se complica considerablemente cuando no se utiliza ningún tipo de hides, comederos, muladares, etc. La atracción de aves mediante un sustento alimenticio permite observarlas de cerca y obtener imágenes de gran calidad. Si lo que decidimos es intentar localizarlas y fotografiarlas por nuestra cuenta, sin ningún tipo de atrayentes, todo se vuelve mucho mas tedioso y los resultados fotográficos no suelen resultar tan relucientes. Pero, las pocas veces que se consigue, hay un componente de satisfacción personal que no se consigue de ninguna otra manera. Para nosotros, la parte del trabajo de campo es igual o mas interesante que la obtención de imágenes y suele ser un ámbito que, a veces, la gente deja de lado, centrándose solo en la consecución de la fotografía perfecta.


Martín pescador / Alcedo atthis / Common Kingfisher.

Hace ya tiempo que andábamos detrás de tres especies de aves que dan bastante juego, fotográficamente hablando. La combinación de colores y las poses que nos ofrecen desde sus perchas, hacen que sea altamente demandadas su captura mediante imágenes. En esta ocasión, el reto consistía en observar a los tres coloridos y fotografiarlos decentemente sin ningún suplemento alimentario, en su ámbito natural. La paciencia y el lento acercamiento hacia ellos iban a ser la clave.


Pito real / Picus viridis / European Green Woodpecker.


Paradójicamente, el pico picapinos, es una de las especies que observamos con más frecuencia, pero nunca tuvimos la oportunidad de fotografiarlo en condiciones, por lo que estas vacaciones nos hemos centrado en él. Han sido unas fiestas especialmente lluviosas por los pinares pucelanos, por lo que los ratos en que el agua daba una tregua eran los más idóneos para la búsqueda y localización de ejemplares. Cuando los rayos de sol emergían entre las nubes, los pícidos se afanaban en la búsqueda de alimento.


Pico picapinos / Dendrocopus major / Great Spotted Woodpecker. 


Precisamente, si hay algo que caracteriza a esta especie son sus dotes de picotear y agujerear los troncos de los árboles en busca de insectos xilófagos. Las larvas que se encuentran en el interior de la corteza de los árboles, son su fuente de alimento más importante durante casi todo el año. Si estas escasean, y las condiciones climáticas exigen un extra de grasa en el cuerpo, es cuando añaden frutos secos a su dieta.

Es por lo tanto, durante esta época del año cuando su alimentación se centra más en semillas y frutos secos de donde obtienen: gran parte del poder calorífico y esas pequeñas dosis de grasa necesarias para pasar los fríos inviernos de la meseta castellana. Para ello, se suelen acercar a las periferias y jardines de algunos pueblos donde encuentran con más facilidad ese sustento.


Acercamiento de pico picapinos / Dendrocopus major / Great Spotted Woodpecker.

La conservación de troncos y madera muerta es fundamental y vital para muchos de los animales de nuestra fauna, entre los cuales se encuentran los pícidos. Parece una contradicción que un tronco de un árbol muerto pueda albergar algo de vida, pero en la mayoría de las ocasiones atesoran una mayor biodiversidad que los lugares del mismo ecosistema sin madera muerta. Hongos, líquenes, musgos, carábidos, infinidad de larvas, micromamíferos, incluso aves, encuentran refugio en estos auténticos tesoros muertos, sin contar con todas las especies que frecuentan estos lugares para alimentarse de sus huéspedes: mustélidos, zorros y como no, el pico picapinos. Este, posee una lengua extremadamente larga y afilada con la que captura a sus diminutas presas. En la imagen que sigue, se ve el inicio del lance, con la lengua a punto de salir.


Pico picapinos / Dendrocopus major / Great Spotted Woodpecker.

Es verdad que otros animales más grandes y más peludos pueden provocarnos una parada en el corazón con un fugaz avistamiento; otros son capaces de sorprendernos con una rápida y espontánea reptación bajo nuestros pies. Pero los que siempre están ahí para recibirnos son las aves, concretamente los paseriformes, los también denominados pajarillos, bañando de colores y musicalidad cada lugar.

El rojo, el amarillo y el azul. Curiosos colores para una fauna ibérica tan acomodada a los tonos pardos.

Muchas gracias a todos por visitar el blog. Un saludo y hasta la siguiente